¿Qué ha pasado en ISAGEN luego de su venta a la multinacional Brookfield?
La reestructuración económica y social producida en Colombia en la década de los noventa tuvo entre sus ejes la flexibilización laboral (Ley 50 de 1990) y una fuerte política de privatización de empresas de Servicios Públicos Domiciliarios (apertura a la participación privada: Constitución Nacional de 1991 y las Leyes 142 y 143 de 1994). Dicha reestructuración dio lugar en los años siguientes a una dinámica mercantilista de los Servicios Públicos Domiciliarios (SPD), la regulación de las empresas de servicios públicos domiciliarios bajo esa lógica de mercado, el ingreso de multinacionales y poderosos grupos económicos al mercado de los SPD, etc. Después de 25 años de reformas, uno de los principales impactos ha sido el notable deterioro que se registra en las condiciones de trabajo de los trabajadores directos e indirectos de las empresas de SPD; esto es, la flexibilización y regulación del trabajo, entre ellas la tercerización.
Otra de las consecuencias sobre el mercado de trabajo que produjo el proceso de transición de un modelo de desarrollo proteccionista con fuerte participación estatal hacia un modelo estructurado alrededor de las privatizaciones y la apertura de la economía a los flujos internacionales de bienes y capitales, fue la pérdida neta de puestos de trabajo asociados con el cambio estructural y el fomento del trabajo tercerizado en la precarización de las condiciones laborales (En muchos casos en condición de ilegalidad y tolerada por los gobiernos de turno). Paralelo a esta implementación se dio una arremetida contra el movimiento sindical, el cual en un lapso de 30 años contó con más de 3000 dirigentes sindicales asesinados, según informe de la Escuela Nacional Sindical –ENS-.
¿Qué ha pasado en ISAGEN, en relación con la precarización de los derechos de los trabajadores directos e indirectos y particularmente después de la privatización?
ISAGEN no ha escapado al impulso de la implementación de políticas flexibilizadoras de las relaciones laborales, tanto para trabajadores directos como los indirectos. Sin embargo, SINTRAISAGEN ha mantenido durante años una posición firme de defensa de los derechos de los trabajadores. Lo anterior, a pesar de que ISAGEN auspició y patrocinó por varios años, un pacto colectivo para evitar el crecimiento de SINTRAISAGEN.
En el caso de los trabajadores en misión y de empresas contratistas, en reiteradas ocasiones ha sido necesario denunciar prácticas amparadas supuestamente en la Ley, pero implementadas bajo la amenaza patronal y el miedo de los trabajadores contratistas de ser despedidos. Gracias a la intervención de SINTRAISAGEN y la voluntad de algunas de las administraciones de ISAGEN, se logró para los centros productivos, establecer algunos criterios en la contratación de dichos trabajadores que permitían que no se deterioraran sus salarios por el solo cambio de empresas contratistas. De igual manera, se establecieron cláusulas en los contratos de prestación de servicios entre ISAGEN y las empresas contratistas, sobre el respeto de derechos laborales.
¿Qué ha pasado con los derechos de los trabajadores?
Luego de vendida la participación Estatal de ISAGEN, (57%), a la multinacional extranjera BROOKFIELD, y de esta haber adquirido las demás acciones de la compañía hasta llegar al 99,9%, cambia la lógica estatal de prestar un servicio público de calidad, eficiente y sostenible, a una lógica donde la rentabilidad es lo más importante para el inversionista privado. Desde este nuevo raciocinio considera el nuevo dueño que la rentabilidad de ISAGEN no es suficiente para el tipo de inversión que ha realizado en nuestro país, por lo que se emprende una serie de acciones por parte de la administración, tendientes a lograr la rentabilidad que pide el inversionista privado. De esta nueva premisa se deriva una significativa reducción del presupuesto en varios aspectos, entre ellos la inversión social hacia las comunidades, los aportes en varias iniciativas sociales y ambientales y la reducción del presupuesto para algunos servicios que contrata ISAGEN.
Ante este panorama las empresas contratistas que hoy prestan sus servicios a la compañía, en su afán de lograr las prórrogas de dichos contratos, vienen realizando prácticas que atentan contra los derechos de los trabajadores.Una de estas prácticas consiste en modificar los contratos de los trabajadores con un OTROSÍ, pasando los Contratos de Termino Fijo a Contratos de Obra o Labor; cuyo propósito es poder darlos por terminado cuando lo requieran sin el pago de posibles indemnizaciones a las que habría lugar si no se firmaran éstos.
Una de las formas de reducir costos en la prestación de un servicio, es reduciendo los salarios de los trabajadores y las empresas en muchos casos para evitar posibles demandas lo que hacen es despedir trabajadores antiguos, para contratar nuevos trabajadores a precios más baratos sin importar la falta de experiencia requerida. Otra forma de hacerlo, es reduciendo el número de trabajadores y recargando el trabajo en los que quedan, quienes por temor a perder el empleo, lo aceptan aunque represente mayor responsabilidad con jornadas extensas y extenuantes.
Esta práctica violatoria de derechos ya se ha dado en el pasado con empresas como MIRO SEGURIDAD y hoy se presenta con la empresa COMPASS, que busca la prórroga del contrato de alimentación y catering, ajustándose a la reducción de presupuesto planteados por ISAGEN y que deja en evidencia que trabajadores antiguos serán despedidos, y serán reemplazados por trabajadores más baratos.
Esta incertidumbre de perder el empleo, ha generado en los trabajadores contratistas una actitud de silencio frente a los atropellos que en ocasiones cometen supervisores y jefes de estas empresas contratistas (El salario del miedo). Es el caso de ASEO Y SOSTENIMIENTO en la sede Medellín, donde a pesar de haberse realizado las denuncias por parte de SINTRAISAGEN contra algunos supervisores, ISAGEN no hizo nada y el resultado ha sido un mayor atropello hacia estos trabajadores, al punto de que los acosadores manifiestan tener el respaldo de ISAGEN.
SINTRAISAGEN denuncia públicamente esta nueva política de la administración de ISAGEN, que en procura de buscar una mayor rentabilidad para los nuevos dueños, permite, auspicia y tolera a las empresas contratistas con prácticas que atenta contra los derechos de los trabajadores.
Lo más sensato y responsable por parte de ISAGEN es ser coherente entre lo que predica y lo que hace en el territorio y es mantener prácticas de buen vecino con las comunidades cercanas a los centros de generación de energía, como una forma de compensar los impactos sociales y ambientales que generaron la construcción de estos mega proyectos y los que genera la operación de los mismos, brindando posibilidades de empleo digno y desarrollo. Recordamos esa máxima que hemos construido en la empresa:“Una empresa es viable, en un entorno que también lo sea”
De igual forma, le exigimos a ISAGEN mantener la prestación del servicio con los trabajadores que han dedicado toda su vida a la empresa en apoyo de mantenimiento, aseo, obras civiles, etc. en las centrales de generación, y despeje la incertidumbre de su continuidad por las supuestas nuevas condiciones que exigirán en la contratación y que desde hace varios meses se vienen especulando por parte de algunos coordinadores de ISAGEN.
Invitamos a los trabajadores de las empresas contratistas a denunciar públicamente los atropellos a los cuales son sometidas por parte estas empresas. Igualmente, a que antes de firmar documentos presentados por el empleador, consulten las consecuencias que se deriven de estos, para lo cual cuentan con el apoyo de SINTRAISAGEN.