El movimiento sindical en Colombia se ha visto altamente diezmado en las dos últimas décadas por la violencia, las políticas estatales, y en gran medida, por algunas prácticas promovidas por algunos “líderes” de los “falsos sindicatos” con el auspicio de patronos y empresarios.
Es muy común escuchar en marchas y huelgas en Colombia el término Sindicato Patronal, cuyo significado se refiere al sindicato “conformado por empleadores, empresarios o patronos. Esta Organización Sindical no cuenta con apoyo procedimental para su ejercicio y si bien es cierto que tienen amparo legal, en la práctica su accionar ha sido nulo; se asimilan más bien a las Asociaciones Gremiales o de empresarios organizados” como lo explica el abogado Francisco Hernández Valderrama en su obra: El Sindicalismo en Colombia implicaciones sociales y políticas.
No obstante, su connotación en el ámbito sindical de los trabajadores va mucho más allá de su significado, puesto que el término “sindicato patronal” lo usan para referirse a las organizaciones sindicales de trabajadores que nacieron bajo el apadrinamiento o por iniciativa de los patronos. Dichas organizaciones son estratégicas dentro de la empresa en favor de los intereses de los patronos en materia laboral y en el relacionamiento sindical con los trabajadores.
En los últimos años, han surgido muchos sindicatos que obedecen a la conversión de las cooperativas de trabajo asociado y de los pactos colectivos para utilizar la figura del contrato sindical y mantener la tercerización.
Mientras que los sindicatos de empresa o de industria de base trabajadora luchan y negocian sus convenciones colectivas de acuerdo a las pretensiones de sus afiliados y defienden sus derechos ante los patronos, los “sindicatos patronales o falsos sindicatos” buscan que las pretensiones de sus afiliados no causen perjuicios a sus patronos; así éstas riñan con sus propios derechos, buscando que se ajusten a las expectativas económicas y laborales de la empresa.
Estas organizaciones han sido de gran utilidad para los empresarios al convertirse en una herramienta que les ayuda a condicionar y direccionar las negociaciones con sus trabajadores en las empresas que cuentan con varios sindicatos. Son usados por los patronos para que sus convenciones colectivas sirvan de como límite para negociar con otros sindicatos, generando un derrotero de negociación que les permite a los empresarios argumentar sus posiciones frente a los otros trabajadores basados en acuerdos que terminan beneficiando en gran medida a las empresas y no a los trabajadores. Esta práctica era muy común a través de los pactos colectivos, pero con la entrada en vigencia de la Ley 1309 de 2009 se comenzaron a sancionar este tipo de comportamientos.
Estas tretas que utilizan algunos empresarios terminan influyendo directamente en el número de afiliados que ingresan a los sindicatos, puesto que muchos trabajadores que ingresan a las empresas y tienen la posibilidad de escoger el sindicato de su preferencia (en caso de que exista más de un sindicato en la empresa) suelen escoger el que más afinidad tiene con sus dueños, simplemente para generar mayor empatía en su nuevo entorno laboral, y en algunos casos, por sugerencias no formales por parte del personal de la empresa que buscan direccionar su decisión.
Así mismo, la mayoría de los líderes de estas organizaciones suelen ser maleables a la hora de negociar, no suelen tener claro y tampoco aplican el concepto de la lucha de clases que identifican a los sindicatos de base obrera clasista y terminan actuando en contra de los derechos de los trabajadores a cambio de beneficios personales.
En este sentido, en Colombia el número de empresas que auspician y promueven la creación de este tipo de organizaciones sindicales es cada vez mayor, y lo hacen con el fin de influir directa o indirectamente en el relacionamiento con los trabajadores, en las reivindicaciones laborales que buscan los sindicatos o hacer contrapeso directo a otras organizaciones sindicales.